Todos hemos tenido estas profundas charlas con nosotros mismos en las que, usualmente, “nos damos varilla”. La mayoría de nosotros tenemos la tendencia a ser nuestro crítico más implacable e indolente, sin entender que esas conversaciones con nosotros mismos se pueden convertir en el punto de partida para ser nuestra mejor versión y yo voy a explicarte como.

“Tu lenguaje corporal puede moldear quién eres”, es una charla de la doctora Amy Cuddy, psicóloga social, que tiene más de 70 millones de viewes en la famosa plataforma TED… pero ¿qué es lo que hace tan atractiva esta charla? En realidad, son los hechos detrás de su charla, lo que la hacen tan fascinante.

La Doctora Cuddy, nos comparte los resultados de varios experimentos científicos con los cuales logra medir, sin lugar a duda, como la química del cerebro influye en nuestro rol en la sociedad y como esta química puede ser manipulada a través del lenguaje corporal. 

Sabemos gracias al investigador Albert Mehrabian, que la comunicación entre los seres humanos esta dada en un 35% del componente verbal y el 65% restante es NO VERBAL, es por esa razón, que lo no verbal es lo que determina que piensan los demás de nosotros y debemos hacerlo consiente, conociéndonos a nosotros mismos y preparándonos para direccionar el mensaje a lo que queremos realmente comunicar, pero no solo a los demás, sino, a nuestro cerebro y  es justamente allí donde debe empezar nuestra transformación.

El primer paso para ser nuestra mejor versión es conocernos, debemos entender qué nos estamos diciendo a nosotros mismos, a través de las posturas que adoptamos, la ropa que usamos, identificar las señales que le estamos dando a nuestro cerebro durante todo el tiempo, por que créanme, el cerebro NO TIENE SENTIDO DEL HUMOR.

Obsérvate con detenimiento, has consciente tu plática contigo mismo y descubre tus posturas durante el día, obsérvate en el espejo y lee tu cuerpo, identifica que sientes en ese momento en que te encorvas para que cuando eso pase, puedas, conscientemente cambiar tu postura, tu lenguaje corporal. Las abuelas tenían razón, estar derecho no solo ayuda a mantener sana tu espalda.

En nuestra edición pasada, comenzamos un viaje a nuestra mejor versión a través de la charla: “Tu lenguaje corporal puede moldear quién eres”, de la doctora Amy Cuddy, psicóloga social, que tiene más de 70 millones de viewes en la famosa plataforma TED. 

Retomando el artículo anterior, destacamos que el camino a nuestra mejor versión, parte desde nuestras decisiones y actitudes, pues con ellas podemos influir en la generación o supresión de dos hormonas en nuestro cerebro, la testosterona y el cortisol y que el primer paso era precisamente, conocernos e identificar como es nuestra conversación y nuestra postura, nuestro lenguaje corporal.

En esta entrega vamos a partir del siguiente paso: En segundo lugar, debemos entender cómo funciona la química de nuestro cuerpo, y aunque es un sistema bastante complejo, vamos a empezar por entender cómo funcionan dos hormonas, la testosterona y el cortisol, con ellas se ha probado el mayor impacto en el comportamiento y nuestra respuesta a situaciones que requieren liderazgo y manejo de estrés.

Los bajos niveles de cortisol y los altos niveles de testosterona detectados en la fisiología de los primates considerados ALFA en sus manadas y en las personas poderosas, están relacionadas con su actitud más positiva, una mayor confianza en si mismos, mas receptividad a tomar riesgos y les permite pensar de una manera mas abstracta, ver los problemas desde ópticas más trascendentes e identificar mas cursos de alternativas para solución, y aunque existe muchas más acepciones, nos vamos a concentrar en estas características para el presente artículo.

La testosterona es considerada la hormona de la dominación; El cortisol, por otro lado, es conocida como la hormona del estrés. Es por esa razón que se ha detectado en Líderes  exitosos un alto nivel de testosterona y bajos niveles de cortisol.

Sabemos entonces, que la presencia de estas hormonas en nuestra química corporal influye en nuestro comportamiento y en nuestra toma de decisiones, pero… ¿puede nuestro comportamiento y nuestra toma de decisiones revertir esa química corporal y poner a nuestro cerebro a generar las hormonas que yo, de manera consiente, deseo generar o disminuir?

La respuesta a la pregunta anterior es un rotundo SI; El Experimento de la Doctora Cuddy, realizado en la universidad de Harvard, logro demostrar que luego de 2 minutos donde los voluntarios adoptaban posiciones de poder, se podía medir en su muestra de saliva, un aumento del 20% de testosterona y una disminución del 25% del cortisol.

Este experimento nos permite probar, sin lugar a dudas, que en nuestra conciencia y constancia esta la llave para manipular nuestro cerebro, obligándolo a que nos de una química de Líderes, de campeones y así lograr la mejor versión de nosotros mismos.